martes, 21 de octubre de 2014

Aplicaciones móviles: no tan simples

El diseño y el desarrollo de una aplicación son complicados, pero más lo es su publicidad

Los pasos que se llevan a cabo cuando te regalan un Smartphone, son simples: encender, el pin, aceptar todo y personalizarlo. Personalizarlo no es ponerle una funda o elegir un fondo... Es entrar al Apple o al Play Store y arrasar con todo hasta que la memoria quede llena por un sinfín de aplicaciones. Primero, las útiles. Whatsapp es un claro ejemplo: mensajería instantánea y gratuita. Después, la necesidad de tener las redes sociales al alcance: Twitter, Facebook, Tuenti… Finalmente, juegos: un móvil que no entretenga, a día de hoy, es apenas nada.

Pero, ¿por qué descargas un juego concreto?: Por las modas y su publicidad. No es azar que descargues Whatsapp y no Line (ofrece incluso llamadas gratuitas) o que tengas Twitter para tus pensamientos, Instagram de álbum de fotos o Facebook para hablar con tus amigos. Todo ello es gracias a la venta que se han hecho de esas aplicaciones.

La creación de una aplicación, no es sencilla: se necesita una idea, desarrollo, diseño y una puesta en marcha. Eso se traduce en tiempo y dinero, principalmente en tiempo (desde días, a meses o a años. El promedio es de 3 meses). Aunque existen empresas quecrean aplicaciones para ti, muchos emprendedores las desarrollan ellos mismos.

Las aplicaciones se crean mediante códigos HTML, encargados desde el diseño hasta la funcionalidad. Pero  solo los códigos no sirven para que la aplicación se descargue. “Lo primero: ¿Apple o Android? ¿Qué dispositivo?” explica Rubén Gullón, quien en las próximas semanas lanzará dos aplicaciones. Dependiendo del dispositivo, el formato cambiará, variando así números y letras del código. “Además, si escoges Apple, irán al Apple Store, con quien debes contactar”.

Si el Apple Store acepta la aplicación, cuando comprueba que no infringes ninguna “ley” (como de copyrights, como ocurrió con el flappy bird), comienza lo complicado: las ventas. “Lo bueno es que al menos al lanzarla, aparece en novedades”, comenta mientras muestra dicho apartado, “y está el buscador: si buscas un editor de fotos, con escribirlo, suficiente”. Existe también el boca a boca o el patrocinio: “Las grandes marcas llevan sus aplicaciones a televisión o webs” dice encogiéndose de hombros, “para mí, no es viable, yo bloqueo la publicidad en webs para evitar bombardeos”.

Otra dificultad es que las aplicaciones no tienden a poder compartirse (una opción que Whatsapp posee) y es difícil hacer llegar una aplicación concreta a otro. “Eso ahora se solventa creando una página web. Es más cómodo y sencillo para buscarla y publicitarla” responde él.


Afortunadamente, aunque la publicidad y la viabilidad son complicadas, como él, muchos son los emprendedores que no se rinden hasta estas barreras y aspiran a ser el Yamauchi o el Jobs de las aplicaciones. 

Arrate Garaizar

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